Levántate.

El corazón tiene razones que la razón desconoce.

Pasajeros.

Siempre te encuentras con un montón de personas en tu tren. Hasta que llega una de éstas y te estropea todos los esquemas establecidos hasta el momento. La primera persona que te lleva la contraria de tal manera que te hace ver las cosas desde otro punto de vista; amplia tu modo de ver. Tu polo opuesto. Sabes cómo puede pensar o cómo puede reaccionar sólo porque es exactamente lo contrario a ti y, en consecuencia, hará lo contrario de lo que tú pensarías o harías. Es una persona que, a pesar de conocer su manera de ser, no entiendes. No entiendes el por qué de sus actos ni el por qué de su comportamiento; aunque esto no quiera decir que sea malo. Y, a pesar de todo eso, a pesar de ser una incógnita irresoluble tienes la extraña sensación de que vas a querer a esa persona como a nada y que vas a intentar mantenerla en tu tren el máximo tiempo posible.
Cada cierto tiempo conocemos a alguien que nos deja una huella imborrable. Y que cuando se va, de una manera u otra está ahí, en un recuerdo, una canción, un determinado sentimiento… A estas personas se les llama perlas. Y yo tuve la suerte de aprender de una gran y sabia persona que a lo largo de nuestras vidas vamos a encontrar cuatro de esas perlas. Esas perlas que quizá, si las cuidas y les sacas el mayor provecho posible, se conviertan en un diamante que brilla como el que más. A veces me resulta difícil entender mi propio significado sin esa persona a mi lado. Yo siempre he pensado que mi corazón está formado por un trocito de cada persona que llevo en él. Y esta sabia persona también me transmitió la idea más importante a tu vera… ¿Qué haces que no la cuidas? Recuerda, es tu pequeño diamante, es lo más valioso de tu vida. Y como tal, es un tesoro. Y donde está tu tesoro, allí estará tu corazón.

*

Una sensación de aquellas que había olvidado que existían porque hacía tiempo que no la sentía. Una de esas sensaciones inexplicables que parece que es creada por una única persona. Esa sonrisa espontánea que supera cualquier otro motivo que pueda causar mi tristeza. Una de esas miradas que desprende más complicidad que ninguna otra; esa mirada profunda que cada vez que la siento noto cómo me está cogiendo el corazón para entrar en él. Esa persona que se cruzó en mi camino, que me hace ver de otra manera lo perra que es la vida, ver de otra manera el significado de la palabra siempre, enseñarme el valor de lo pequeño, enseñar a quererme, a querer a los demás. Que me enseñó a ser capaz de dar cariño y de dejar que yo lo reciba, que me enseñó que las cosas pasan por algo y que hay cosas que se pueden afrontar y otras que no, pero que siempre hay que tener la cabeza alta. Ese tipo de persona que un día se subió a mi tren y ha sido mi compañía durante el viaje, y espero que lo siga siendo. Este es el tipo de persona que es importante, y de la cual estoy orgullosa. Tú tienes la llave y tú marcas el ritmo, es tu vida, y yo estoy aquí.


Afirmación indiscutible y verdad universal. Tu mirada me hace grande.

JornadasMundialesdelaJuventud

Siempre he pensado que para opinar sobre algo o para saber cómo te sentirás en ciertas situaciones primero tienes que vivirlas. Cuándo pienso sobre esta semana lo primero que me viene a la cabeza es límite, ha sido vivir al límite de agotamiento, de sed, de calor, de sueño... la gran mayoría de las horas del día que permanecíamos despiertos. Me asombra el saber que hay cosas que piensas que nunca harás hasta que te ves en la situación. Ha sido una auténtica prueba de supervivencia, por decirlo de alguna manera. El hecho de beber agua caliente porque no tienes otra cosa, o simplemente, dejar de beberla para dársela a esa persona que se encuentra mal y que no conoces de nada. El sentirte la persona más sucia del planeta y mirar a tu alrededor y comprobar que hay dos millones de personas en tu situación y que aún así, bajo la lluvia y entre el barro, les importa bien poco y te vienen a dar un abrazo con la mejor de las sonrisas. El sentirte perdida y de un momento a otro sentirte como en casa porque mires a donde mires hay miradas de complicidad dedicadas única y exclusivamente para tí. El saber que estás rodeada de dos millones de personas, piénsalo bien, dos millones, y que cada una de esas personas piensa igual que tú; pensar durante unos instantes que parece que pertenecéis a la misma familia. Dormir entre el barro, con el saco mojado, rodeada de hierbas y piedras así como de personas desconocidas pero al mismo tiempo muy familiares... Y que aún así haya sido una de las mejores noches de tu vida. Comer en el suelo y pasar hambre y a pesar de eso,  compartir tu comida con la persona que está situada a tu lado porque ella la necesita más que tú. Ver una sonrisa deslumbrante por el simple hecho de continuar la canción que esa persona estaba cantando. Saludar a gente que carga con diferentes banderas de lugares recónditos del mundo y que esas personas te devuelvan el saludo solamente por tener algo en común con ellos: tu fe, vuestra fe. Independientemente del ámbito religioso, lo único que os puedo decir es que es impresionante ver a 2 millones de personas, de 193 nacionalidades diferentes, reunidas en 140 hectáreas y que los únicos altercados sucedidos hayan sido por el calor. Impresionante ver que entre tantísima gente se pueda respirar tanto respeto, educación, solidaridad, amistad, familiaridad... Impresionante cómo diferentes caminos de diversidad, de cultura, caminos de perderse, de encontrarse, de contraste... Se juntan en uno mismo.


Sería estupendo poder transmitir esta semana, pero una vez más, las palabras se las lleva el viento y por mucho que intente resumir una semana como esta, siempre quedarán pequeños detalles guardados en el tintero. Para saber lo que he vivido y que vosotros podáis haceros una idea, os invito a vivirlo. Una prueba más de que Dios está en las personas.


Gracias.

Cambios



Tenemos una negación continua que nos hace aferrarnos a personas o situaciones por miedo a que el siguiente paso sea peor que el anterior, por miedo a no saber como reaccionar o simplemente por miedo a lo desconocido. Y todo por miedo. ¿Realmente vas a tener miedo antes de vivir algo? No debes negarte a coger el siguiente tren que pase por miedo a lo que pueda suceder en él, de esta manera te perderás muchas cosas en la vida. Arrepiéntete de lo que no hagas y no de lo que hagas. Muchas veces los cambios nos liberan de ataduras, nos permiten comenzar una vida nueva o nos hacen mirarlo todo desde otra perspectiva totalmente desconocida hasta el momento...  Los cambios deben afrontarse sin miedo, abiertos a todo lo que queda por venir, que seguro que será maravilloso. Porque para mí todo pasa por algo, las casualidades no existen así que si hay algún cambio próximo es por algo. Muchas veces cambiar implica crecer, y el hecho de crecer implica que se curen las heridas que el pasado marcó en ti. Y crecer implica conocer a gente nueva, vivir situaciones que nunca habías imaginado, experiencias increíbles... ¿De verdad te vas a perder todo eso por miedo? Yo siempre he pensado que soy como soy gracias a todo lo que he vivido anteriormente, a todos los cambios que he sufrido y disfrutado de alguna manera u otra. Adelante, todos cometemos errores, todos nos equivocamos al escoger un camino y luego nos arrepentimos... ¿Y qué? El tiempo no se pierde, el tiempo se invierte. Que lo inviertas en algo que te gusta o en algo que no, es otra cuestión. Pero nunca se pierde porque hagas lo que hagas estás aprendiendo. La vida es un continuo libro que según pasas la página descubrirás algo nuevo. No tengas miedo. Sé valiente por aquel sueño que tienes, alcanza tus metas. Abre los ojos a una vida diferente, a una vida de cambios y aventuras por vivir, a un camino que recorrer. Sé valiente para decir adiós que la vida te compensará con un nuevo hola. Sé valiente


"La vida puede ser un viaje fantástico si nos sentimos y permitimos ser viajeros y protagonistas de la misma".


Cambios... ¿POR QUÉ NO?

Uno más.

Cada vez que miro hacia atrás, veo que ha pasado un año más desde la última vez que he tenido el valor suficiente de indagar en los recuerdos, siempre prometo que todo lo que queda por venir será mucho mejor que lo anterior. Pero realmente no me doy cuenta de que tengo la gran oportunidad de sentirme una de las personas más afortunadas del mundo porque en el camino de la vida me he encontrado con otra persona de las que merecen la pena. De esas que conoces e incluso te parece algo increíble por el simple hecho de que te devuelve la ilusión de saber que por el mundo adelante hay gente que tiene los pies sobre la tierra. Actualmente hay 6.775.235.700 de personas en el mundo y yo he tenido la gran suerte de encontrarme con una persona que a pesar de que me puede sacar una cabeza de alto también me saca bastante de corazón.

Día a día nos cruzamos con muchísimas personas, desde que sales de casa y te cruzas a la misma mujer, a la misma hora y en el mismo sitio que todos los días, hasta los niños que van gritando delante tuya escaleras abajo y hasta el vecino que te encuentras en el ascensor. Son muchas. Y puedes pensar que todas las personas son iguales, que son unos egoístas, que nadie tiene más problemas que tú... Bendito ignorante. Hasta que te das cuenta de que cada persona tiene una historia detrás aunque no la demuestre día a día. Porque te cruzas con cientos de personas cada día, pero ojalá que tengas la suerte que he tenido yo al tener ese sentimiento tan inexplicable cuando te das cuenta que esa historia que tenía detrás esa persona, la cual la has tenido delante tuya durante tiempo y no has sabido ver,  la está compartiendo contigo. Y en ese momento, en ese preciso momento, es cuando te das cuenta de que ya forma parte de ti. Dejando atrás los miedos, empezando de cero.



Metas.

Tienes una meta. Fijo. Aunque no sepas exactamente cual es. Todos tenemos una. No te agobies si todavía no la has descubierto, pero todos tenemos algo que nos mueve por dentro. Puede llegar a ser extraño ese dolor que sentimos cuando luchamos por algo y cada vez lo vemos como más inalcanzable y ves que estás yendo a contracorriente de todo lo demás, pero estás tan convencido de que lo que estás haciendo es lo correcto que eres fiel a tus propios principios. Ese dolor que te desgarra por dentro, que te debilita cada vez más... Y esos son los momentos en los que te paras a preguntar ¿por qué a mí? o ¿qué he hecho yo para merecer esto? Pero párate a pensar si estás siendo realmente sincero contigo mismo... ¿Qué he hecho yo para merecer esto? No. La pregunta es ¿he hecho yo todo lo posible para conseguirlo? Realmente, las personas somos los seres más poderosos que pueden existir. Presumimos de inteligencia pero somos capaces de hacer daño hasta a la persona que más queremos. Y, de la misma manera, somos capaces de hacernos daño a nosotros mismos, de hundirnos aún con nuestras propias ideas. ¿Qué tipo de ser inteligente se hace daño a sí mismo? Cuando te preguntes que qué has hecho para merecer esto, no te hundas. Es bueno que te hagas preguntas, todos necesitamos respuestas en muchos momentos a lo largo de nuestra vida, pero no seas impaciente y no esperes tenerlas al momento porque llegarán el momento más inesperado, pero, al mismo tiempo, será el momento más acertado. Siempre vas a salir de la línea de partida en las mejores condiciones posibles, aquellas que te ayuden a alcanzar el final de la carrera. Pero al final del todo vas a llegar en unas condiciones completamente diferentes a las inciales, no son peores, son distintas por el simple hecho de que por el camino te has caído mil veces, ha estado presente el dolor, la desilusión, desconfianza, miedo... Pero ten presente que si has llegado a la final, ha sido gracias a eso.  Las personas valientes son aquellas que aún sabiendo esto, dan el paso hacia adelante y no se quedan en la línea de salida por miedo a lo que pueda ocurrir. Que fácil sería hacer un recorrido y llegar a la meta en las mismas condiciones, ¿no? A mí, sinceramente, me gustan las emociones fuertes, y con ello, me dejo sorprender por lo que tenga el camino para mí con todas las persona que en él me puedo encontrar.

Razón o corazón. Querer y no poder.

Blanco o negro. Chocolate o nata. Día y noche. Playa o montaña. Alto o bajo. Simpático o aburrido. Tranquilo o inquieto... Como todo, en la vida, siempre hay que escoger. Siempre tendrás varias oportunidades y para poder tener una, tendrás que renunciar a la otra. Siempre te vas a quedar con el gusanillo de qué hubiera pasado si hubiera escogido la otra opción... Querer y no poder. Querer estudiar lo que más nos gusta y no "poder" porque no tiene salidas. Querer viajar alrededor del mundo y no "poder" porque en nuestra rutinaria vida no nos paramos a plantear bien el mañana. Querer no madrugar y no "poder" por nuestros horarios. Querer que los sábados por la noche nunca se acaben porque lo estás pasando bien y no "poder" porque el tiempo no va a esperar por ti. Querer alejarte de una persona porque sabes que te hará daño y no "poder" porque la quieres demasiado. Querer escuchar tu corazón y no "poder" porque no tienes el valor suficiente para hacerlo. Querer ser fiel a tus principios y no "poder" porque la tentación es más fuerte. Querer desaparecer porque tu corazón necesita un descanso y no poder porque eso es de cobardes... Es más importante hacer lo que más te gusta el resto de tu vida, pero luchar por llegar a lo más alto en ello. Por mucho que planifiques tu vida, ésta sucederá mientras haces garabatos en servilletas. Si tienes que madrugar, aprovecha el tiempo, disfruta del día. Abraza a la persona que más quieres y verás como esta vez sí que se para el mundo sin necesidad de que sea un sábado a la noche. Quien no arriesga no gana y, por último, es tu vida, tómate el tiempo que necesites. Tu vida, tú marcas el ritmo.

¿No "poder"? ¿Acaso hay algo de todo lo que quieras hacer que sea realmente imposible? Las locuras existen, pero hay que saber llevarlas a cabo. Ten fe, escucha tu corazón por mucho que te cueste, ten valor para ello y para todo lo que te espera. Vive.







Vive.

Relájate. En la vida, a veces se gana y a veces se pierde. Estírate. No te sientas culpable  si nos sabes muy bien qué quieres de la vida. Las personas más interesantes que he conocido no sabían que hacer con su vida cuando tenían 22 años. Es más, las personas más interesantes que conozco tampoco lo sabían a los 40. Lee las instrucciones aunque no las sigas. Primero aprende las reglas para luego romper alguna. Entiende que los amigos llegan y se van... Pero hay un puñado de ellos que deberías de conservar con mucho cariño; porque cuanto más pase el tiempo, más necesitaras a las personas que te vinculan con tu pasado, esas que te ayudan a ver a dónde vas, pero lo más importante, te recuerdan de dónde vienes. Viaja, conoce mundo. Acepta algunas verdades ineludibles: los precios siempre subirán, los políticos siempre mentirán, nunca te va a gustar madrugar si ya no te gusta ahora, y tú también crecerás a pesar de que te dé rabia. Sé cauto con los consejos que recibes aunque te parezcan inútiles y ten paciencia con quienes te los dan, ya que lo hacen por y para ti. Ama. Todos somos libres y necesitamos el cariño de un hermano, que son con los que has compartido tu pasado y, probablemente, te acompañen en tu futuro, son aquellos que permanecerán a tu lado y no te juzgan. Quizás te cases, quizás no; quizás tengas dos hijos, o quizás ninguno; quizás tengas el trabajo de tus sueños, por el que llevas luchando años, o quizás te conformas porque no hay otra elección, quizás sigas planeando tu vida mientras ésta sucede... Pero ante todo, vive y sonríele a la vida.
¿Quién ha dicho que la vida no es un camino de rosas? Claro que lo es, pero tiene espinas, tiene piedras, y tropiezas... ¿Qué pasa? Que somos tan sumamente burros que cuando tenemos la oportunidad de hacer lo que realmente queremos, aunque haya que estudiar, ni si quiera lo hacemos. Si no luchamos por lo que queremos... ¿Por qué vamos a luchar? Realmente tenemos una vida perfecta. Yo quiero mi vida perfecta. Tengo casa, comida, la oportunidad de estudiar, familia, y como amigos tengo unos grandes tesoros guardados en la mejor parte del mundo, mi corazón. ¿ Que quizás no es todo como yo quisiera que fuera? Lo sé. Pero, ¿cuándo lo ha sido? Dime, ¿cuándo algo ha sido como tú has querido? ¿Cuándo has deseado no pelearte con tus padres? ¿Siempre, verdad? Y ahora dime, ¿cuántas veces te has peleado con tus padres? Es eso, no te va a salir siempre lo que tú quieras. No siempre tendrás la oportunidad de ver tu vida idealizada... Pero ahora dime, ¿realmente has hecho todo lo posible para que eso sea así? Nunca es suficiente.